ARTURO CALLE

 
ARTURO CALLE



Nació en Medellín, Antioquia en el barrio Manrique, pocos años después junto con su familia migro hacia la población de Robledo, donde vivió en una finca campestre con sus padres y sus hermanos.

Arturo Calle  empezó desde muy joven en el área mecánica industrial de Hilanderías Pepalfa, una fábrica dedicada a la confección de medias, y  en donde durante dos años y medio ahorró todo lo que gano, posteriormente se retira para cumplir con su meta de ser independiente. Fue desde ese instante, que  Arturo Calle  en búsqueda de oportunidades, incursionó en el mundo de la ropa masculina, allí aprendió e hizo escuela en la parte comercial. Al poco tiempo el señor Héctor Correa, comerciante le ofreció a  Arturo un pequeño local ubicado en San Victorino.

Un tiempo después, el almacén llamado “La Camisita” desapareció debido a que fue demolido, así que don Arturo compró un almacén más grande, que  llevaba el nombre de “El Dante”, donde trabajo de 2 a 3 años y tiempo después por sugerencias de un conocedor de las estrategias de mercadeo de la época, le propuso que le cambia el por ARTURO CALLE, un nombre corto e imponente. Aquí empieza su expansión, pues al no conformarse con este almacén, consiguió un almacén 20 veces más grande; entonces tenía el pequeño y uno de 150 metros, después compró un tercer almacén, un cuarto y así sucesivamente hasta alcanzar una gran cadena de sus tiendas de ropa masculina.

Con el transcurso de los años ha sido uno de los grandes líderes que ha dado este país, un emprendedor que se empeñó en lograr lo que se propuso un día, que tiene una filosofía clara y constante de crecer y hacer crecer a Colombia. Es por esta razón que, sin lugar a dudas es un hombre que a lo largo de su trayectoria empresarial y su vida se ha convertido en un ejemplo a seguir para muchos colombianos, por su experiencia y sabias reflexiones.

 Hoy tiene más de 50 almacenes en las principales ciudades del país, 5 fábricas de confecciones en Bogotá y Pereira y genera más de 5.000 empleos.

Nunca le preocupó ser el primero ni el más grande con su empresa, sino hacer bien las cosas “una a una”, respetando la calidad, sus clientes, con precios justos al consumidor, siendo honestos y sencillos. colegas, y de los cuales se aprende cada día.

Para innovar hay que conocer el mundo y Arturo Calle lo tiene claro. Sus colaboradores viajan y asiste a ferias textiles y de confecciones en América, Asia y Europa.

 Cada 2 ó 3 años cambia la imagen de sus almacenes, su entorno caracterizado por la comodidad y exigencia de los clientes, es una necesidad apremiante en las organizaciones.
Arturo Calle dice que hay que tener un margen de utilidad fijo y justo, sin importar el producto, ni el lugar donde se vende, crecer con paciencia y sin endeudamiento, los productos le llegan al consumidor final, reserva de recursos, es decir  si las ventas bajan, para soportar los gastos administrativos y de funcionamiento, mínimo por un año o año y medio.


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